El
arte de hilar las fibras para formar un hilo es tan antiguo que sobrepasa las
fechas históricas. Se ha comprobado la existencia de algunos tejidos de fibras
naturales utilizados por el hombre de las cavernas cuando el mamut y otros
animales prehistóricos todavía vagaban por la faz de la Tierra.
Cuando se inventó el arte de hilar, la lana se convirtió en el material más útil
del mundo para hacer vestidos, para la gente que habitaba en climas fríos; pero donde el sol era intenso y ardiente, la
gente seguía usando el limpio y fresco lino. En el antiguo Egipto era más fino
que el actual, y a los faraones los envolvían en sus firmes y suaves pliegues
para sepultarlos. Algunas de estas telas, semejantes a telarañas han durado
hasta hoy.
En los
antiguos jeroglíficos aparecen hombre y mujeres ocupados en labores de
hilandería y tejeduría.
Es
en la cultura china donde encontramos el desarrollo de la seda como fibra
gracias a los gusanos de seda que hilaban sus capullos. Las hebras eran tan
hermosas, resistentes y lustrosas, que si lograba desenredarlas, se conseguiría
la tela más hermosa que se hubiera visto en el mundo.
La
primera ayuda mecánica para el hilado a mano fue el empleo de la rueca,
ingenioso utensilio en el que una banda o correa se hacía pasar de una rueda
grande al huso; al ponerse en movimiento dicha rueda, esta hacia girar el huso
con una velocidad mucho mayor que la que se logra a mano; Desde que se le
adicionó su acción con el pie, mejoró el sistema de producción ya que dejaba
ambas manos libres para manejar la hilaza.
La
hilatura es un proceso industrial en el que, a base de operaciones más o menos
complejas, con las fibras textiles, ya sean naturales o artificiales, se crea
un nuevo cuerpo textil fino, alargado, resistente y flexible llamado hilo. La
historia de la hilatura está en el mismo origen de la utilización que el hombre
hizo de las fibras naturales. En ese origen, la primera herramienta de hilado
fueron las propias manos del hombre que, realizando una sencilla torsión sobre
un manojo de fibras, manufacturó un hilo simple, susceptible de ser hilado
nuevamente, trenzado, o empleado en la fabricación de tejidos. La hilatura es
la manufactura básica de toda la industria textil. Es lógico que sobre el
perfeccionamiento de aquella descanse el desarrollo de ésta; así, con el paso
del tiempo, la tecnología ha venido haciéndola cada vez más compleja y más
precisa, perfeccionando la hilatura clásica, especializándola en la consecución
de productos singulares, requeridos por motivos económicos y para fines
textiles concretos.
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